El síndrome de relajación vaginal, también conocido como laxitud vaginal, es una patología que se caracteriza por la alteración de la forma de la vagina y por la atrofia de la mucosa vaginal.
Este síndrome está asociado con factores como el envejecimiento y la menopausia, y se acentúa con la distensión de la vagina durante el parto. Estos cambios pueden provocar disminución de la satisfacción sexual, incontinencia urinaria, disfunciones miccionales, etc alterando severamente la calidad de vida de la mujer.
La laxitud, la pérdida de la elasticidad y la pérdida del grosor de las paredes de la vagina son signos conocidos del síndrome de relajación vaginal; los músculos pierden el tono, se relajan, pierden la fuerza y el efecto de soporte y el diámetro tanto interno como externo de la vagina aumenta. El grosor de la pared vaginal se adelgaza.
Este fenómeno tiene importante repercusión en la gratificación sexual, debido a la disminución de las fuerzas de fricción. Además, muchas mujeres sufren pérdidas involuntarias de orina (IU) de diferente grado: desde algunas gotas debido a pequeños esfuerzos como toser, estornudar o correr, hasta la urgencia de orinar cuando la vejiga está llena o durante la actividad sexual.
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La incontinencia urinaria es una pérdida involuntaria de orina. Influye muy negativamente en la calidad de vida y en las relaciones personales de las mujeres que la padecen, desde un punto de vista psicológico, social y laboral.
Las causas del debilitamiento de músculos y tejido en pacientes que nunca han tenido embarazos pueden ser:
Debilidad congénita de los músculos o tejidos de soporte
Agotamiento en los tejidos de soporte por tos crónica
Aumentos poco comunes en la presión abdominal
Obesidad
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