La violencia contra la mujer deja marcas que van mucho más allá de lo que vemos. Moratones, fracturas, cicatrices… sí. Pero también deja heridas invisibles: miedo, silencio, dolor crónico. Y entre esas huellas silenciosas, muchas veces olvidadas, están los problemas urológicos.

Infecciones, dolor al orinar, lesiones en el suelo pélvico, incontinencia. Consecuencias que se suman a la carga emocional y que, demasiadas veces, pasan desapercibidas incluso en la consulta médica.

En este artículo queremos hablarte de un tema duro pero necesario: cómo la violencia de género afecta a la salud urológica femenina. Porque si no lo nombramos, queda oculto. Y lo que queda oculto, no se atiende.

Violencia de género en cifras

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 1 de cada 3 mujeres en el mundo ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida. En España, los datos del Ministerio de Igualdad reflejan miles de denuncias cada año, aunque sabemos que muchas mujeres nunca llegan a denunciar.

La violencia de género no entiende de edades, clases sociales ni culturas. Y sus consecuencias en la salud son globales: físicas, psicológicas y sociales.

Impacto en la salud de la mujer

Cuando hablamos de violencia, pensamos en golpes o agresiones sexuales. Pero su impacto es mucho más amplio:

• Físico: lesiones, enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados.
• Psicológico: ansiedad, depresión, estrés postraumático.
• Social: aislamiento, pérdida de autonomía.

👉 Y entre todas estas dimensiones, hay una que a menudo se pasa por alto: la urológica.

Consecuencias urológicas de la violencia de género

🔹 Lesiones directas

Las agresiones físicas y sexuales pueden provocar daños en el tracto urinario:

• Traumatismos en uretra y vejiga.
• Lesiones en el suelo pélvico.
• Dolor crónico en la región pélvica.

🔹 Infecciones urinarias y ginecológicas

Las agresiones sexuales aumentan el riesgo de:

• Infecciones de transmisión sexual (ITS).
• Infecciones urinarias recurrentes.
• Vaginitis y cistitis postcoitales.

🔹 Incontinencia urinaria

Las lesiones en el suelo pélvico, unidas al trauma psicológico, favorecen la aparición de escapes involuntarios de orina.

🔹 Dolor pélvico crónico

Muchas mujeres desarrollan síndromes de dolor pélvico crónico tras una agresión, que pueden durar años si no se tratan adecuadamente.

El peso del silencio

Una de las grandes dificultades es que muchas mujeres no hablan de estos síntomas. A veces por vergüenza, otras por miedo a no ser creídas, o simplemente porque piensan que “no es lo más importante” tras una agresión.

El resultado es que los problemas urológicos derivados de la violencia de género quedan sin diagnosticar ni tratar, prolongando el sufrimiento y dificultando la recuperación integral.

Cómo debe ser la atención médica

El abordaje de la mujer que ha sufrido violencia debe ser integral, empático y especializado.

• Atención inmediata
  • Prevenir infecciones (profilaxis antibiótica y de ITS).
  • Valorar lesiones físicas y ofrecer tratamiento urgente.
  • Garantizar un espacio seguro y confidencial.
• Seguimiento a medio y largo plazo
  • Revisiones urológicas y ginecológicas.
  • Fisioterapia de suelo pélvico para recuperar función y reducir dolor.
  • Apoyo psicológico especializado en trauma.
• Acompañamiento social y legal
  • Derivación a recursos de apoyo social.
  • Coordinación con asociaciones y servicios de protección.

El papel de la urología femenina

En Urofem – Excellence Urology creemos que la urología femenina no puede quedarse al margen de esta realidad. Nuestro papel no es solo diagnosticar y tratar infecciones o incontinencia, sino también:

• Escuchar sin juzgar.
• Detectar signos de violencia.
• Ofrecer un espacio de confianza.
• Trabajar en equipo con psicólogos, ginecólogos y trabajadores sociales.

Romper el tabú

Hablar de violencia de género y salud urológica no es sencillo. Pero si callamos, el problema se perpetúa. Nombrar las secuelas invisibles es el primer paso para reconocerlas, tratarlas y prevenirlas.

La salud íntima forma parte de la dignidad de la mujer. Y todas merecen vivir libres de violencia, con acceso a una atención médica de calidad.

La violencia de género deja heridas invisibles que también afectan a la salud urológica femenina: infecciones, incontinencia, dolor crónico. Reconocerlas y atenderlas es esencial para la recuperación integral.

EL 25 de noviembre y cada día del año, recordemos que ninguna mujer debería vivir con miedo ni con dolor silenciado.

👉 En Urofem – Excellence Urology ofrecemos un espacio seguro, confidencial y especializado para mujeres que han sufrido violencia.

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Porque cuando tú estás bien, todo lo demás encaja.